El Yamato navega de nuevo
> Más indignados <

Estos días se ha comentado en varias bitácoras la, ejem, curiosa iniciativa del Ayuntamiento de Monforte del Cid, que ha patrocinado nada menos que unas "Jornadas SEIP de parapsicología". Semejante despropósito ha llevado a que ARP haga público un comunicado de protesta, y a que desde la lista "charlatanes" se haya promovido una carta que se ha remitido al Ayuntamiento. La firman -la firmamos-, según nos ha calificado "2.c", el suplemento cultural del diario "La Opinión", 77 ciudadanos indignados.

Bueno, pues si estábamos indignados entonces, ahora con más motivo en vista de la noticia que publica hoy el diario digital "20 Minutos": al parecer, Monforte del Cid ostenta el dudoso honor de ser el municipio de la provincia con mayor tasa de analfabetismo: nada menos que un 10,4 %.

Se ha especulado mucho acerca de la relación entre el analfabetismo (o el bajo nivel educativo) y la creencia en los supuestos fenómenos paranormales. A primera vista, podría parecer que esa relación es evidente: cuanto más bajo sea el nivel educativo de una persona, más fácil será que caiga en las redes de la majadería paranormal. Sin embargo, la cosa no está tan clara: hay varios estudios que parecen demostrar que la tasa de crédulos en los distintos estratos educativos es más o menos constante, y que lo único que cambia es la estupidez en que se cree. Así, las personas con menor nivel de estudios serían más proclives a creer en la astrología, la comunicación con los espíritus y similares, mientras que un nivel educativo superior lleva a sustituir esas supersticiones por otras más complejas y, podríamos decir, "sofisticadas", como la telepatia o la ufología.

Lo cual aún nos dejaría con una apariencia de correlación entre las "Jornadas SEIP" y la tasa de analfabetismo de Monforte: al fin y al cabo, la propaganda de Pedro Amorós y sus muchachos se centra precisamente en ese tipo de supersticiones que podríamos denominar "de estudios primarios o inacabados".

Pero tampoco van por ahí los tiros. Esto podría explicar, si acaso, un gran volumen de asistencia a las Jornadas. Pero teniendo en cuenta que según los escépticos presentes la audiencia tampoco era como para tirar cohetes (y teniendo en cuenta además que parte de esa audiencia la componían algunos escépticos presentes), no parece que haya una relación muy significativa.

Y entonces, ¿de dónde viene la indignación subida de tono que me provoca la noticia? Pues elemental, querido Watson: del hecho de que un municipio que mantiene semejante tasa de analfabetismo malgaste sus dineros, sus recursos y sus medios en la propaganda paranormal. Que es de lo que se trata. No nos oponemos a que nadie predique la creencia en la ouija, la dominomancia, las psicofonías o la existencia de los pitufos. Y tampoco -líbrenos Eru- nos parece mal que los miembros de la/el/lo SEIP hagan la propaganda que quieran hacer de esos libros en los que exponen a la pública vergüenza sus investigaciones. Nada de eso.

Nos oponemos simplemente a que un Ayuntamiento dedique nada menos que su Casa de Cultura a promocionar estas tonterías cuando tiene necesidades mucho más importantes que cubrir. Y, desde luego, un 10,4 % de analfabetismo es una necesidad mucho, muchísimo más importante que unas Jornadas dedicadas al cuento.

2005-04-12, 21:08 | 21 comentarios

> Una de juzgados <

Si alguna vez se han paseado ustedes por los juzgados habrán visto que los abogados, procuradores y jueces llevamos toga, cartera, corbata, calcetines negros (bueno, antes; ahora no los miran)... En fin, todo muy serio.

Tan serio, que no me extraña que Su Señoría dictase providencia para que le devolviesen al procurador su... bueno, eso.




(Perdón, Cristóbal, pero no he podido resistirlo) ;-)

2005-03-16, 01:00 | 9 comentarios

> Fenómenos paranormales <

Damas y caballeros, lo anuncio solemnemente: a partir de ahora seré crédulo.

Hace unas horitas, a un montón de millones de kilómetros, la sonda Huygens se ha posado sobre la superficie de Titán. Un logro impresionante, un nuevo hito en la exploración del espacio y en el avance de la Humanidad.

Y mientras tanto, aquí abajo, en la Tierra, sigue habiendo gente que cree en la regresión hipnótica; las psicofonías; los ovnis y las visitas de extraterrestres en la antigüedad; los poderes milagrosos de las Pirámides; las más fantásticas historietas sobre la Atlántida; las increíbles cualidades terapéuticas de unos pinchazos de aguja, un poco de agua destilada y agitada, la sal del Himalaya, los místicos poderes de los curanderos y hasta la orina (propia o ajena). Hoy día se siguen consultando horóscopos y cartas astrales, el tarot, los posos de te, las líneas de la mano y la conformación anatómica del trasero en la creencia de que así se podrá conocer el futuro. Para muchos, un memo ataviado con chaleco multibolsillos es tan sabio y respetable (o más sabio y respetable) que un científico cualificado; un charlatán de prolífica pluma y no menos prolífica capacidad de fabulación merece tanta credibilidad (o más) que un divulgador científico; y las librerías se llenan de libros sobre "medicina alternativa", "conocimientos alternativos", "ciencias alternativas" y cualquier otra cosa con nombre respetable que se les ocurra y a la cual, mediante la adición del adjetivo "alternativo", se convierte en una majadería capaz de poner los pelos de punta a cualquier persona con más de dos neuronas operativas.

Incluso hay gente que es capaz de escuchar las afirmaciones sobre la autenticidad de las Caras de Bélmez sin echarse a reír, a llorar, o ambas cosas a la vez.

Y esolo hacen seres humanos de la misma especie que los que han sido capaces de hacer descender una nave robotizada en el satélite de un lejano planeta del Sistema Solar.

¿Es o no es esto un fenómeno paranormal?

2005-01-14, 01:00 | 89 comentarios

> La Querelle des Bouffons <

Ocurrió en el siglo XVIII, en Francia: los partidarios de la ópera tradicional francesa, representada por Lulli y Rameau, se enfrentaron a los que gustaban de la ópera "buffa" italiana, cuya cabeza de puente fue "La Serva Padrona", de Pergolesi, y cuyo principal defensor fue nada menos que Jean Jacques Rousseau, no como filósofo, sino en su faceta (poco conocida) de compositor barroco.

Ganó la ópera "buffa". Y, dicho sea de paso, ganamos todos.

Y ahora, como algún malpensado habrá creído que esta entrada tenía que ver con el anuncio de acciones judiciales del Ayuntamiento de Bélmez frente a Javier Cavanilles, aclaro:

1.- "Querelle" no significa necesariamente "querella judicial", y

2.- "Bouffons" no significa necesariamente ni "Ayuntamiento de Bélmez" ni "payasos".

2005-01-05, 01:00 | 88 comentarios

> ¿El fin de un mito? <

Puede que hayan escuchado ustedes estos días algo acerca de la polémica que se ha desatado de nuevo sobre las “caras de Bélmez”. La noticia surgió con la publicación de un extenso informe acerca de su más que probable falsedad, informe del que se han hecho eco diversos medios (empezando por el diario El Mundo, de la mano del periodista Javier Cavanilles) y que proporciona abundantes datos acerca de lo que el propio Cavanilles ha rebautizado como “el enigma paranormal más cutre de todos los tiempos”. Porque, en efecto, lo que para algunos sigue siendo un misterio inexplicable, para otros resulta ser, como pone de manifiesto el informe, un fraude de lo más chapucero y patético.

La noticia, como decía, ha sido recogida por diversos medios y aún se sumarán otros, puesto que, al fin y al cabo, se refiere a un supuesto misterio que lleva entre nosotros nada menos que treinta y tres años, desde aquella primera noticia publicada en el diario “Ideal de Granada” del 16 de septiembre de 1971. Desde entonces, los “investigadores” de lo paranormal no se han cansado de repetir que los científicos nunca han podido explicar aquel fenómeno, que se trata de una genuina manifestación del “Más Allá”, y todas esas cosas que todos hemos leído o escuchado más de una vez acerca de las “caras”.

Cosas que, como pone de manifiesto el informe, resultan totalmente infundadas. La ciencia ha proporcionado respuestas claras a cómo fueron pintadas las “caras” y, probablemente, por quién, y que el fenómeno tiene todas las trazas de ser más bien del “más acᔠque del “Más allá”. Unas respuestas que han causado una conmoción en el mundillo de lo oculto, lo misterioso y lo estrafalario, y que parece que por fin han puesto contra las cuerdas este viejo mito.

Y ya era hora. Porque lo más curioso es que las hipótesis racionales, lo insostenible (y muchas veces hasta ridículo) de las “explicaciones” paranormales y, en fin, las evidencias de que las “caras” son más falsas que un billete de tres euros, no son datos ni mucho menos nuevos. El informe, coordinado por Vicente Prieto y Óscar David Sánchez, publicado por la asociación ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico, y divulgado gracias a la tarea, entre otros, del periodista Mauricio José Schwartz, contiene en realidad muy poca información nueva o revelada por primera vez. Prácticamente todo estaban ahí, a la vista de todo el mundo, y lo único que ha permitido que el fraude siguiera pareciendo un fenómeno genuino es que nadie se había preocupado de reunirla, comprobarla y ponerla sobre la mesa.

El negocio que muchos han hecho a cuenta de las “caras” ya estaba a la vista en aquel primer artículo del “Ideal de Granada”, que mostraba incluso la foto de María Gómez, la dueña de la casa de las “caras”, con un fajo de fotografías de aquella primera “aparición” que vendía al entonces muy respetable precio de diez pesetas. Las evidencias de que las “caras” habían sido pintadas aparecieron incluso antes: los propios periodistas que elaboraron el reportaje cuentan que en el pueblo les facilitaron la identidad del pariente de María Gómez que había pintado aquella mala caricatura del Santo Rostro de Jaén. Los resultados de los pocos análisis realizados, los cambios de estilo y técnica pictórica de las “caras”, los intereses económicos en juego (tanto los de aquella época como los que se han descubierto tras la aparición de nuevas “caras” en octubre pasado), el manejo del fenómeno como una atracción turística, la creación de réplicas idénticas a las “caras” con técnicas elementales y en absoluto paranormales... todo estaba ya ahí, esperando que alguien con interés en conocer la verdad se molestase en echar un vistazo con un poco de sentido común.

Y, sin embargo, el mito ha sobrevivido nada menos que treinta y tres años.

Sencillamente porque sólo se escuchaba la voz de los propagandistas del misterio, los “investigadores” que viven de divulgar supuestos fenómenos paranormales. Durante todos estos años hemos oído que la ciencia no encontraba explicación a las “caras”, sencillamente porque nadie ha prestado atención a los pocos científicos que se han dignado estudiar un fenómeno tan tremendamente burdo y cutre. Que nadie ha podido duplicarlas, porque nadie ha hecho caso de quienes las han duplicado una y otra vez. Que su carácter paranormal era indiscutible, porque no se escuchaba a quienes lo discutían con argumentos muy sólidos.

Esta vez, al menos, se les ha escuchado. Y aunque quizá no sea suficiente para acabar con este falso misterio, por lo menos habrá servido para que muchos sepan por primera vez que hay una alternativa racional a todos esos falsos “misterios” que nos quieren vender. Y eso es algo que tiene que alegrarnos no sólo a quienes hemos puesto nuestro granito de arena para que así sea, sino a toda nuestra sociedad.


Publicado en el diario Información de Alicante el 5-12-2004 (lo siento, con todo este follón se me había olvidado colgarlo aquí).

2004-12-10, 01:00 | 7 comentarios

> Salto a la fama <

Seguro que todos conocen la revista "Hola". Se dedica a un tipo de periodismo que a mí particularmente no me atrae en absoluto, pero que sin duda tiene su público. Y es que "Hola" es en cierto modo un "quién es quién" de nuestra sociedad, un "Gotha" en el que aparecen los importantes y los que no lo son... pues no aparecen.

De modo que, en vista de que el último número de "Hola" trae una foto de mis perritos, habrá que concluir que son importantes.

Como la Preysler, vamos ;-)



Bueno, evidentemente se trata del anuncio de las fotos ganadoras de un concurso. Pero no está mal, ¿verdad?



(Tiene su propia página en Internet, ha sido el león de la Metro en el famoso DVD de la EstelCon de Mithlond, ahora su foto en el "Hola"... este Atchoum se va a poner de un presumido...)

2004-12-10, 01:00 | 9 comentarios

> Los jueves, milagro <

Ordenando un poco el trastero, me he tropezado con una vieja cinta de vídeo en la que grabé "Los jueves, milagro, esa deliciosa película en la que se cuenta cómo en un pueblecito se inventan la aparición de un santo para atraer al turismo.

Mmmh... ¿qué me recordará a mí eso?

2004-12-03, 01:00 | 3 comentarios

> Los "científicos" de Bélmez <

A estas alturas supongo que no hará mucha falta repetir la noticia que publicaba el periodista Javier Cavanilles, del diario "El Mundo", el pasado domingo con este titular: Las nuevas caras de Bélmez fueron falsificadas por un 'cazafantasmas' en complicidad con el Ayuntamiento. Una complicidad, hay que reconocerlo, que fue negada por la alcaldesa. Y claro, también por Pedro Amorós, el inefable presidente perpetuo de el SEIP, si bien parece que no todos sus compañeros de asociación están de acuerdo.

Tanto el lunes como el martes, "El Mundo" completaba su información con otros artículos sobre la historia del fenómeno de las "Caras", las contradicciones de Amorós o la valiente actitud de la alcaldesa y la, ejem, menos valiente del presidente de el SEIP. Y con un par de articulitos más que no están disponibles en la versión internetera del periódico y que, por su interés, reproduzco en los comentarios.

Bien; el tema ha coleado y seguirá coleando. Ya ha dado lugar a alguna que otra intervención en programas de radio y televisión (y más que habrá), e incluso ya se detecta un cierto movimiento en las filas del maguferío patrio, que haciendo un alarde de esa solidaridad y ese compañerismo tan habituales en el mundillo, ha empezado discretamente a apartarse de Amorós como si quemara.

Será porque, en efecto, quema. Sin embargo, un grupo de irreductibles galos, digo "seiperos", ha mantenido el tipo y, en vista de que su presidente se encuentra en paradero desconocido, ha dado la cara en diferentes medios de comunicación. Por ejemplo, el investigador y guía turístico Luis Mariano Fernández, esta mañana en Canal Sur. O por ejemplo, la alcaldesa de Bélmez esta tarde en la cadena SER.

Y su defensa se ha basado en eso que para los magufos es generalmente "fascista, intolerante, autoritario y dictatorial". O sea, la ciencia. Luis Mariano Fernández ha asegurado tajantemente que la Universidad Complutense de Madrid va estudiar el fenómeno (sin caer en la cuenta, por los nervios, que "El Mundo" lo había desmentido ya esta misma mañana).

Y la alcaldesa, por su parte, asegurando tajantemente que "sí que ha habido estudios científicos en las primeras Caras", y que respecto a las nuevas "a ningún científico se le ha negado la entrada a la vivienda", sino que por el contrario "el Ayuntamiento y el SEIP están con las manos abiertas" deseando que se acerque alguno por allí. [Y aclaro: resalto lo de "y el SEIP" para que se entienda por qué incluía a la alcaldesa como "seipera"].

Pues bien; lo de las nuevas "Caras" ya lo veremos; de momento, lo único que se sabe es que el SEIP asegura que se está llevando a cabo un análisis químico por José Manuel García Bautista. Prestigioso químico que, por lo visto, es más bien diplomado en electrónica industrial y telecomunicaciones, si bien currículum es tan escueto que no permite averiguar si su capacidad para hacer este tipo de análisis se debe, por ejemplo, a que de niño le trajeran los Reyes Magos un "Quimicefa". O bien, simplemente, que le venga de su colaboración con el SEIP; quizá la pseudotitulitis sea contagiosa.

Pero, en cambio, de las viejas "Caras" sí que tenemos abundante información, gracias a la cual podemos relacionar los estudios científicos realizados sobre las mismas y que, según la alcaldesa, el SEIP o intrépidos investigadores como Iker Jiménez, han avalado su condición de fenómeno paranormal. Dichos estudios científicos son:

Ninguno.

Repito: ninguno. Hasta ahora, ninguna institución científica, universidad, laboratorio acreditado o similar ha certificado la autenticidad de las "Caras de Bélmez". Ni uno sólo. Nada de nada.

A lo largo de los treinta y tantos años de historia de las "Caras", lo más parecido a un equipo científico que ha pasado por Bélmez ha sido la "Comisión Eridani", cuyas conclusiones fueron precisamente que se trataba de un fraude. Y ni un científico más. Ya va siendo hora de acabar también con ese mito.

Porque sí, "investigadores" de lo paranormal han ido por un tubo. A centenares. Y pruebas han hecho un montón: desde sesiones de ouija o hipnosis hasta someter a la pobre María Gómez a una sesión de poligrafo o hacer unas losas de cemento en su presencia para ver si su "mediumnidad" impregnaba de alguna forma el hormigón. En Bélmez se ha visto desde payasos grabando voces de ultratumba con un colador y una cacerola, hasta, ejem, payasos que han introducido un perro en la casa para ver si huía espantado ante las presencias de ultratumba.

Pero estudios científicos, ni uno.

Claro, ante esta afirmación los "misteriólogos" podrán aducir lo de siempre: que si los estudios de Germán de Argumosa, que si las investigaciones de Iker Jiménez o de Pedro Amor... Bueno, no, esas no. Pero las demás sí. Y, especialmente, las dos "estrellas": la intervención del notario de Huelma y el análisis del CSIC.

Veámoslas. Para los creyentes, los crédulos y quienes se aprovechan de su credulidad, la intervención del notario da fe, nada menos, del origen paranormal de las "Caras". Fabuloso. Probablemente a los redactores de la Ley del Notariado se les olvidó añadir ésa entre las muchas funciones que desempeñan estos fedatarios públicos, pero ahí la tenemos: no sólo autorizan la formalización de contratos o levantan actas, sino que también dictaminan sobre el carácter paranormal o no de los fenómenos que observan.

O quizá no tanto. Porque resulta que lo único de lo que dió fe el Notario es de que en su presencia se fotografió la casa de las "Caras", se precintó, y un mes después se levantó el precinto, observándose la aparición de nuevas "Caras" y manchas. Algo que podrían haber hecho los espíritus del Más Allá, por supuesto. Pero que también podría haber hecho cualquier químico con un mínimo de conocimientos (usando, por ejemplo, las tan traídas y llevadas sales de plata), o incluso cualquier persona capaz de burlar el precinto notarial; cosa que, a la vista de las fotografías y de la disposición de la vivienda, no resultaba demasiado difícil que digamos.

Asegurar que un Notario avaló el carácter paranormal de las "Caras" es, por lo tanto, como mínimo una exageración. Y presentar su acta como una prueba científica es, sencillamente, un disparate.

Bueno, vale, un Notario no es un científico, pero el CSIC sin duda sí lo es. ¿Verdad?

Verdad.

Y también declaró que las "Caras" eran paranormales, ¿no?

Pues tampoco.

El famoso análisis del CSIC es lisa y llanamente eso: un análisis efectuado en el CSIC, concretamente en el Laboratorio de Cerámica y Vidrio. Lo cual da fe de la corrección en el análisis de las muestras y de la presunción de veracidad de los resultados. Pero, de nuevo, nada más. El CSIC no avala el origen paranormal de las "Caras" sencillamente porque no tuvo absolutamente nada que ver en la recogida de las muestras; simplemente se limitó a analizar lo que le enviaron.

Lo que le enviaron de mala manera, por cierto: una en un sobre normal (de los de mandar cartas), y otra en un sobrecito de azúcar (evidentemente, tras haber vaciado el azúcar). La mar de científico, vamos. Tan científico como el autor de la toma de muestras, el Padre Pilón, sacerdote jesuíta que, con todos los respetos, tiene de científico lo que un servidor de... bueno, vale, de sacerdote jesuíta. La toma de muestras, lo más crítico de un análisis de este tipo, se realizó sin ningún tipo de control, sin metodología científica, sin nada. Es decir: sin nada más que la buena fe que podemos presumir en un fervoroso creyente en el carácter paranormal de las "Caras". Y podemos presumir mucha buena fe, desde luego. Pero no la suficiente como para considera que eso avala ninguna conclusión científica sobre las "Caras", y mucho menos que esa conclusión la haya dado el CSIC.

Y, en fin, podríamos seguir. Se han hecho más análisis y más amagos de análisis (por ejemplo, el Padre Pilón anunció un nuevo estudio hace pocos años, pero hasta ahora, que yo sepa, no ha hecho públicos los resultados), pero siempre con conclusiones irrelevantes o incluso francamente contrarias a la "paranormalidad". Y se han hecho, naturalmente, miles y miles de esas pruebas paranormales (psicofonías, estudios informáticos y otros despropósitos por el estilo).

Pero pruebas científicas, ni una sola.

Porque, la verdad, calificar a Pedro Amorós, a Iker Jiménez, a Lorenzo Fernández, a Bruno Cardeñosa y a toda la larga nómina de "investigadores" que han pasado por allí de "científicos" es algo que sólo puede hacerse, usando la expresión empleada por el propio Iker esta tarde, entre comillas. Entre muchísimas comillas.

Y eso, por no seguir su frase y hablar de "personajes nefandos". Pero es que no hace falta. Digo yo, vamos.

2004-11-30, 01:00 | 212 comentarios

> La Horrible Verdad <

Dentro del Fabuloso Mundo del Circo Paranormal uno de los números más aclamados es el de la ufología. Ya saben: las historietas acerca de platillos repletos de marcianos que cruzan las distancias interestelares para llegar hasta nuestro planeta y revolotear por desiertos, asustar a pastores solitarios y, en casos extremos, abducir a unos cuantos desgraciados para someterlos a todo tipo de vejaciones sexuales. La ufología está llena de historias grotescas que nos hablan de cientos, miles de ovnis que cruzan nuestros cielos cada cinco minutos. A pesar de lo cual no hay ninguna prueba de ello. ¿Por qué? Sencillamente porque las autoridades nos ocultan eso que por lo visto está sucediendo ante nuestros propios ojos.

De modo que, cuando un solitario testigo cuenta que vió un ovni de quinientos metros de diámetro aterrizando junto a una autopista en hora punta, las autoridades, si es que se molestan en hablar del tema, lo desmienten preguntándose cómo es que sólo lo vió aquel pardillo y no los otros miles de automovilistas que pasaban por allí a aquella hora. Una explicación aparentemente lógica, pero que los ufólogos descalifican poniéndole simplemente una coletilla: se trata de la explicación oficial. O, lo que es lo mismo, lo que se han inventado las autoridades para ocultar al mundo que en realidad están se han puesto de acuerdo con los alienígenas, o incluso que nuestros gobernantes son ni más ni menos que alienígenas disfrazados. Tesis que en el mundillo de la ufología, tan aficionado a las expresiones altisonantes y repletas de mayúsculas, se denomina "La Horrible Verdad".

Generalmente este tipo de historietas no precisa muchos comentarios. Cuando vemos a esos ufólogos que llevan años y años diciendo en prensa, radio y televisión que su vida peligra por contarnos lo que nos cuentan desde que tenemos uso de razón, es difícil tomarles en serio. ¿O hay alguien que de verdad se haya creído que J.J. Benítez está en peligro por contarnos las majaderías que narró en su serie "Planeta Encantado", y que aseguró que ampliaría "si le dejan"? ¿Y qué me dicen de esos "investigadores" que de vez en cuando nos ponen unas fotos suyas tomadas en el "Área 51", ilustrando un reportaje en el que aseguran que quien se aproxima a aquella zona se arriesga a que los "Hombres de Negro" vayan a buscarle a su casa para hacerle un segundo ombligo del calibre .45? ¿Puede alguien con más de media neurona operativa creerse semejantes tonterías?

Y, sin embargo, por una vez habrá que aceptar que algo de razón tienen. Por una vez hemos topado con un caso paranormal en que hay una explicación oficial ridícula que oculta lo que, sin lugar a dudas, es una Horrible Verdad: el cada vez más esperpéntico caso de las "Caras de Bélmez".


El enigma paranormal más cutre de todos los tiempos.

Para hablar de las "Caras de Bélmez" se han empleado muchos calificativos. No ha faltado quien las ha considerado "el enigma paranormal más importante de todos los tiempos", y se ha hablado de "puertas dimensionales", "vórtices energéticos", "megacanalizaciones" y otros términos igual de vacíos y de impresionantes. Cosa que también resulta muy difícil de entender. Desde sus inicios, allá por 1971, las "Caras de Bélmez" han dado muestras de ser no un mero fraude, sino un fraude burdo, patéticamente cutre. Parece mentira que año tras año los investigadores de lo paranormal nos hayan obsequiado con estupideces del calibre de que "La pava" cambiaba de posición, que sus pupilas se contraían a recibir la luz o, en fin, que el tratamiento informático de los rostros permitía reconocerlos como pertenecientes a personas reales. Un breve esbozo de la historia de las "Caras", en fin, puede leerse en el artículo que publiqué en el último número de "El Escéptico Digital".

En fin, que el caso de las "Caras de Bélmez" ha ido poco a poco escalando posiciones hasta convertirse probablemente en el enigma paranormal más cutre de todos los tiempos. De modo que no puede extrañarnos que María Rodríguez, alcaldesa de Bélmez de la Moraleda, haya actuado en consecuencia y haya confiado su estudio a unos investigadores a la altura del misterio a investigar: la Sociedad Española de Investigaciones Parapsicológicasm "El SEIP" para los amigos.


El SEIP entra en acción

Y los chicos del SEIP, encabezados por su animoso Presidente Perpetuo, Pedro Amorós, se pusieron a trabajar con ese entusiasmo, esa dedicación y ese candor que les ha convertido por derecho propio en el alivio cómico del ya de por sí ridículo panorama paranormal español.

Y su primer hallazgo fue sencillamente sensacional: a través de una serie de experimentos "científicos" cuya descripción omitiré (ya es bastante divertida la que ellos hacen en su web), consiguieron demostrar que la continua aparición de nuevas "Caras de Bélmez" con aspecto de manchas de humedad se debía a la humedad del suelo que formaba manchas que ellos, a continuación, interpretaban como "Caras". Un descubrimiento de resonancia internacional, porque las risas se han escuchado en todo el mundo. Porque desde todo el mundo han acudido a leer la portentosa reinterpretación del experimento que hace Lola Cárdenas, y que ha permitido comprobar que las famosas "Caras" son ni más ni menos que rostros... felinos. De hecho, esta interpretación alternativa de los Gatos de Bélmez parece la más probable: próximamente colocaremos en esta bitácora pruebas fotográficas irrefutables de que el fenómeno es real y está más extendido de lo que pudiera parecer.

En fin, que los resultados de el SEIP, ya poniéndonos más serios, fueron como mínimo discretos. Mostrar unas manchas de humedad y decir que aquello son "Caras" de origen sobrenatural es... bueno, típico de Amorós y cía., pero poco presentable, la verdad.


Mardito parné

Pero, además, apareció otra complicación. La alcaldesa, que tanto había trabajado para lograr promocionar la atracción turístic... perdón, el misterio misterioso de las "Caras", se encontró con una dificultad en su tarea: desde principios de año, cuando la muerte de María Gómez resucitó el interés por las "Caras", la alcaldesa vió la posibilidad de aprovechar aquel filón montando un "Centro de Interpretación de las Caras" en la casa donde aparecían. Un Centro que, por lo visto, iba a ser gestionado por el SEIP, que como hemos indicado ha demostrado su maestría a la hora de eso mismo, de interpretar lo que haga falta como "Caras". Pero resulta que los herederos de María Gómez no estaban dispuestos a dejar escapar su parte del negocio, así que exigieron al Ayuntamiento nada menos que 600.000 euros por la casa. Una cifra que, en este caso sí, era auténticamente paranormal.

E inalcanzable para el Ayuntamiento, sobre todo porque las manchas de humedad de el SEIP no lograban arrancar del todo el interés turístico de las "Caras". ¿Qué hacer, entonces?


Más caras

La solución, irónicamente, vino de la mano de uno de esos investigadores honestos que uno puede encontrarse incluso en el mundillo de lo paranormal: Francisco Máñez. Tal y como contó el propio Máñez, a finales de septiembre Amorós y su pandilla se lo llevaron a Bélmez con el fin de realizar unas investigaciones. Y, ante las dificultades que ponían los herederos de María Gómez, se marcharon a la casa natal de María, donde Máñez les expuso su teoría sobre las "Caras": que estaban hechas simplemente resaltando manchas naturales de humedad. Máñez incluso hizo una demostración práctica de su método.

A los pocos días, Amorós lanzó la noticia del descubrimiento de las nuevas "Caras" en la casa natal de María. Unas "Caras" obtenidas tras someter al suelo a un tratamiento que, en su ingenuidad, el SEIP describe tal y como Máñez describe el suyo.


La Horrible Verdad

Naturalmente, la explicación de Máñez ha sentado fatal a Amorós y sus compadres, quienes han asegurado que las nuevas "Caras" son genuinas teleplastias y que cualquier parecido con las "Caras de Máñez" es pura coincidencia casual y fortuita. Y creo que también han explicado que los niños los trae la cigüeña y que si nos portamos mal y creemos a Paco Máñez los Reyes Magos nos traerán carbón.

Pero no han sido sólo los chicos de el SEIP quienes han certificado la autenticidad de las nuevas "Caras". Esta vez, como en el más cutre relato ufológico, tenemos también versión oficial: la alcaldesa, que por lo visto se ha convertido en experta parapsicóloga, asegura tajantemente que las nuevas "Caras" tienen origen paranormal.

Pero, como en todo cuento ufológico que se precie de serlo, detrás de la versión oficial hay también una Horrible Verdad. Y es que gracias a la oportuna aparición de las nuevas "Caras", el Ayuntamiento ha podido adquirir una casa más barata en la que ubicar, por fin, el "Centro de Interpretación". Pan, circo, y todos contentos.


Y comieron perdices (de cartón piedra)

Porque, como en cualquier cuento que se precie, en el de las "Caras de Bélmez" hemos tenido un final feliz para todos: la alcaldesa tiene su "Casa de las Caras", el SEIP puede seguir estudiando "científicamente" el fenómeno, salir en la tele y vender sus libros, y los pardillos de toda españa pueden acudir alegremente a los viajecitos turísticos al pueblo. Beati pauperes spiritu...


Y los medios de comunicación, con una honrosísima excepción, en la inopia.



2004-11-29, 01:00 | 9 comentarios

> ¡Hala, a firmar! <

"El mayor misterio de la parapsicología."

"Un enigma sin explicación racional."

Frases así han abundado últimamente en los medios de comunicación acerca del caso supuestamente paranormal de las caras de Bélmez, tanto las nuevas como las ya antiguas. En ningún caso se dio al público una información alternativa y crítica ni una opinión escéptica y racional a pesar de que es muy fácil hallarla.

La falta de espacio en los medios para la información racional sobre los falsos misterios y la pseudociencia provoca la desinformación y deja el terreno abonado para el abuso de charlatanes, vividores y timadores. Incluso cuando sus fraudes y mentiras han sido descubiertos siguen siendo promocionados desde los medios de comunicación. El espectador se encuentra así desinformado y manipulado por una especie de "monopolio mediático del misterio" cuyos contenidos no puede juzgar con libertad.

¿Quieres contribuir a un llamamiento a los medios para que abran sus puertas a otras explicaciones y visiones de estos sucesos? Lee el comunicado al respecto y únete a él con tu nombre y DNI en:

http://www.ipetitions.com/campaigns/belmez2004

Este comunicado estará acompañado de un dossier que se está preparando sobre el tema y se enviará a todos los medios de comunicación españoles el día 20 de noviembre, por lo que te agradeceremos que, si deseas firmarlo, lo hagas de inmediato.

2004-11-10, 01:00 | 4 comentarios

> Doblando cucharillas <

Sin duda, habrán visto ustedes el anuncio de televisión de las cucharillas. Ya saben: ese en el que un tipo mal encarado y con pinta de salir de un programa de los años 70, cucharilla en mano, nos dice que nuestra mente puede conseguir lo que deseamos, y un chico que lo ve se concentra y consigue el coche de su vecino. O algo así.

No diremos la marca del coche, por aquello de la publicidad. Ni la de la cucharilla, por lo mismo. Pero el tipo del jersey de cuello vuelto es, evidentemente, una caricatura de Uri Geller, el ilusionista que saltó a la fama doblando cucharillas, arreglando relojes y moviendo agujas de brújula con “el poder de su mente”. Y, ojo, calificarlo de ilusionista no es nada despectivo: así es como se ganaba la vida en su juventud, actuando en salas de fiestas de su Israel natal, antes de descubrir que resulta mucho más lucrativo practicar los mismos trucos pero sin confesar que se trata de eso, de trucos.

Porque trucos son, y además de lo más sencillo. Sobre todo el de las cucharillas: hay al menos media docena de formas de hacerlo tan absurdamente fáciles que generalmente nadie repara en ellas. Entre otras cosas porque esa es la habilidad del ilusionista: no ya doblarlas “con el poder de la mente”, sino simplemente distraer la atención para que nadie se dé cuenta de dónde está la trampa.

Y la cosa funciona, en parte por nuestro orgullo: a veces un truco es tan sencillo que nuestra mente se niega a admitir que nos estén engañando de esa manera, y busca la explicación en cualquier otra parte excepto allí. Volvamos a Uri Geller: ¿por qué a nadie se le ha ocurrido nunca que la aguja de una brújula se puede mover con toda facilidad sin tocarla, sencillamente poniendo cara de inmensa concentración y... moviendo un imán oculto? ¿Quizá porque queremos convencernos de que no somos tan tontos como para que nos engañen con un truco tan sencillo?

Otras veces, los ilusionistas aprovechan fallos en nuestra capacidad de razonamiento: encandilados con la explicación maravillosa, no se nos ocurre que a lo mejor lo que ha ocurrido tiene su causa en algo mucho más trivial y vulgar. Un reloj parado puede ponerse en marcha simplemente apretándolo con la mano, porque se calienta: a veces basta un poco de calor para licuar la grasa que se ha solidificado y que los engranajes vuelvan a girar. O para reactivar la reacción química de la pila que suministra electricidad al reloj. Por supuesto, sólo a veces: los relojes que realmente estén rotos seguirán rotos con o sin “poder de la mente”. Pero si la experiencia se hace por radio o por televisión el éxito está asegurado: sólo aquellos espectadores con quienes ha funcionado el truco llamarán al programa, y el presentador podrá anunciar triunfalmente que tiene centenares de comunicaciones telefónicas asegurando que los “poderes psíquicos” han puesto en marcha sus relojes.

Pero, con todo, el factor más importante es nuestras ansias de contemplar algo maravilloso. Volvamos a las cucharillas; sin duda, el truco más sencillo de los que practica Uri Geller. Tanto, que hasta un servidor puede permitirse el lujo de doblar alguna de vez en cuando gracias a “el poder de la mente”. Pero no al mío, sino al de la mente de quienes contemplan el “milagro” tan fascinados que no consiguen darse cuenta de dónde está la trampa. ¿No es mucho más bonito pensar que la cuchara se ha partido de alguna forma mágica y misteriosa, que reconocer que tiene que haber algún truco por algún lado? ¿No es más fascinante pensar que yo, que Uri Geller, que todos podemos tener extraordinarios poderes mentales, en lugar de conformarnos con la realidad de su inexistencia?

Y el caso es que tenemos esos extraordinarios poderes mentales. Son los que, por ejemplo, nos han permitido disponer de televisión, teléfono, agua corriente, electricidad... de medicina, de física, de química... y también son los que nos permiten hacer algo tan sencillo como doblar cucharillas: ha sido la mente humana la que ha discurrido la manera de hacerlo sin que se note.

Y ese es el “poder de la mente” que habría que cultivar. De modo que, cuando vea a alguien doblar cucharillas, o acertar al echar las cartas, o curar con homeopatía, o las mil y una engañifas que nos rodean, utilice ese poder para deducir cómo convence a la gente de que el agua destilada le ha curado, o de que unos trozos de cartulina conocen su destino, o de que ha doblado la cucharilla sin trampa ni cartón. Es un excelente ejercicio, muy útil para todos los aspectos de la vida corriente. Y, caramba, también es fascinante y divertido, créanme.

2004-11-06, 01:00 | 142 comentarios

> Más Caras <

Supongo que se habrán enterado de la noticia, porque durante toda esta semana ha saltado a todos los medios de comunicación: en Bélmez han aparecido nuevas “caras”. La información ha llegado, cómo no, de la mano de nuestro paisano Pedro Amorós, presidente de la Sociedad Española de Investigaciones Parapsicológicas (SEIP) y que, entre otros muchos méritos, es miembro del Instituto SETI de la NASA y asesor de la BBC. O por lo menos eso es lo que dice él, porque los responsables de esas instituciones aseguran que no conocen de nada a este señor, pero que sus servicios jurídicos sí que tienen muchas ganas de conocerle...

Amorós y otros miembros de la SEIP (o, como dicen ellos, de “el” SEIP, porque utilizan la gramática con el mismo desparpajo que emplean con la metodología científica o el rigor en la investigación) aseguran solemnemente haber encontrado nada menos que veintiuna nuevas “caras” que han aparecido en la casa natal de María Gómez Cámara. Un descubrimiento que forma parte del ambicioso programa de investigación que la asociación lleva a cabo en Bélmez y que, entre otras cosas, les ha permitido demostrar algo tan extraordinario como que, al mojar un trozo de cemento, aparecen en él manchas de humedad. Me explico: hace algunos meses, Amorós se paseó por varias televisiones mostrando lo que él llama la “Cara de Alicante”, una reproducción de las “caras” de Bélmez obtenida en los “laboratorios” de la SEIP por el sencillo método de preparar unas losetas de cemento y empaparlas con agua hasta que aparecieron manchas en su superficie; luego, echándole unas amplias dosis de imaginación y buena voluntad, los investigadores escudriñaron las manchas hasta dar con algunas que recordaban vagamente rostros humanos.

El método no es nuevo: todos hemos creído reconocer rostros humanos más o menos deformes en las nubes, en los suelos de terrazo y, por supuesto, en las manchas de humedad que nos dejó el vecino de arriba aquella vez que se olvidó de cerrar el grifo de la bañera. Los psicólogos llaman “ilusión autoinducida” o “pareidolia” a esta curiosa propiedad de nuestro cerebro para intentar encontrar patrones conocidos en donde realmente no los hay. La única aportación de la SEIP, en este sentido, es marcar con un rotulador esas formas que ellos creen ver para que los demás también podamos apreciarlas.

Pero el caso de las nuevas “caras de Bélmez” es distinto: lo que ha aparecido en la casa no son simples manchas de humedad que los miembros de la SEIP interpretan como rostros humanos y que algún gracioso ha conseguido redibujar como “los gatos de Bélmez”. Las nuevas “caras” son eso, “caras”. Muy mal dibujadas, ciertamente, pero reconocibles como intentos de plasmar deliberadamente un rostro humano.

¿Se trata de un fenómeno genuinamente paranormal? Pudiera ser. A lo mejor la pobre María Gómez, como ha llegado a decir algún miembro de su familia, se ha manifestado desde su tumba para acreditar que las “caras” son auténticas y, de paso, para que los mil turistas que las nuevas “caras” han llevado a Bélmez no hayan hecho el viaje en balde. Y también, puestos a especular, pudieran ser obra de los espíritus de fallecidos en la Guerra Civil a los que algunos atribuyen las “caras” originales, o de los difuntos enterrados en el viejo cementerio de Bélmez. O de las hadas, los pitufos o el ratoncito Pérez.

Pero también pudiera ser que tuviera razón otro investigador de lo paranormal, el valenciano Francisco Máñez. Cuenta Máñez que, a finales de septiembre, visitó con Pedro Amorós y el resto de “investigadores” de la SEIP la casa natal de María Gómez, y allí les explicó cómo pensaba él que habían sido pintadas las “caras” originales: mojando el suelo de cemento, buscando alguna mancha que recuerde vagamente a una cara, y luego remarcándola con el dedo mojado. Si se hace sólo con agua, la “cara” resultante reaparece una vez seco el suelo y permanece durante horas; si se añade un poco de aceite, la “cara” se queda allí indefinidamente.

Y, ¡oh, casualidad!, resulta que por esas mismas fechas los investigadores de la SEIP descubren en esa casa las nuevas “caras”. Unas “caras” igualitas, igualitas que las que Francisco Máñez elaboró como demostración práctica de su método. Método que pueden ustedes aprender leyendo la explicación de Máñez... o la que dio la SEIP cuando explicó cómo encontró las nuevas “caras”, en una dramática demostración de que la candidez humana no tiene límites.

Porque no los tiene, ya ven. A estas alturas, aún hay gente dispuesta a creerse que, en Bélmez, aparecen “caras” en el cemento. A pesar de que basta con informarse un poquito para descubrir que en realidad en todo esto lo que hay es simplemente “caras” de cemento. De cemento armado.



Artículo publicado en el Diario Información de Alicante el día 31-10-2004, en la página C2, según se mira, a la derecha. Con mi nombre y apellidos y con mi foto; horrible, pero mi foto.

Aclaro todo esto porque uno presume de compañerismo, y así le facilito los datos a mi colega abogado que, a buen seguro, redactará la correspondiente "denuncia por injurias" de Pedro Amorós.

¿O no? Misterio.

Paranormal, claro ;-)


2004-11-01, 01:00 | 3 comentarios

> Aclaración presurosa <

Nada más publicar la entrada anterior me he dado cuenta de que podria inducir a error, y de que alguien podría pensar que en el pilar de mi jardín han aparecido nuevas "Caras de Bélmez" y he colocado más fotos.

Y no es así.

Es decir, no he colocado las fotos (aún). Pero "Caras" nuevas, haylas. Incluso la de ET, sin ir más lejos, cosa que abre un nuevo abanico de posibilidades: ¿son las "Caras" una psicoplastia parapsicológica paranormal del Más Allá, o son lo mismo, pero del Más Arriba? ¿Las hacen los espíritus difuntos, o los no menos espirituales marcianos?

Y, sobre todo, ¿tiene el dedo levantado de ET algo que ver con todo este follón de las "Caras"?

Más misterio.

2004-11-01, 01:00 | 4 comentarios

> Mi "cara de Bélmez" <

16,30 de la tarde. Más o menos. Después de haber investigado concienzudamente el fenómeno de las nuevas "caras de Bélmez" (por ejemplo aquí, aquí y aquí, y en el articulito que próximamente colgaré en la bitácora), me dirigí con paso firme y decidido al lugar donde probablmente me aguardaba una estremecedora prueba de la existencia de las psicoplastias paranormales esas.

Aquella información era de indudable calidad, pero no había sido fácil obtenerla. Provenía nada menos que de un piloto, el "testigo de élite" por excelencia, de modo que no era posible ponerla en duda. Pero había sido difícil conseguirla: me costó mucho trabajo convencer a mi esposa para que, en vez de contármelo directamente a mí, se lo dijera por teléfono a mi hermano el piloto para que él a su vez me llamara y me lo contara. ¡Qué dura es la investigación de campo, señores!

16,45. He perdido un cuarto de hora buscando en el armario el chaleco de investigador. Afortunadamente lo he encontrado, pero por un momento pensé que las fuerzas de la Gran Conspiración y la Ciencia Oficial, Ortodoxa y Arpía habían conseguido ponerme fuera de combate. Por suerte he encontrado el chaleco debajo de una camiseta del pato Donald (prueba evidente de la implicación de la CIA en todo este asunto), pero de verdad temí que no pudiera seguir mostrándoles a ustedes la Horrible Verdad.

16,46. Ya con mi chaleco, preparo los mapas y me dispongo a hacer kilómetros. Al poner en marcha el coche, el potente rugido del motor del todo-terreno me recuerda la trascendencia de mi misión y que tengo que llevarlo de una vez al taller a que le arreglen el tubo de escape.

19,27. He recorrido 287 Km hasta llegar a mi punto de destino: mi casa. Sí, sí, mi casa. Lo que ocurre es que una investigación sin recorrer muuuuchos kilómetros no tiene ninguna emoción ni aporta nada a mi currículum.

19,29. Llego por fin al lugar que me había señalado el testigo: el pilar del lado izquierdo del jardín. Sí, ese donde está el aspersor. Enciendo la luz (porque con tanto kilómetro ya se me está haciendo de noche), y... ¡allí estaba! Ante mis temblorosos ojos, frente a mi tembloroso rostro y justo en el medio del temblor... del pilar.

¡Mi propia Cara de Bélmez!



¿Qué extraños poderes del Más Allá habían dado lugar a aquella manifestación tan paranormal? ¿Sería un espíritu que clamaba venganza desde Ultratumba? ¿Está acaso mi casa edificada sobre un antiguo cementerio de los indios Cherokee? ¿ Era quizás la llamada de socorro de algún alma en pena, condenada para toda la eternidad a seguir enredada entre las ramas de mi buganvilia?

Porque el aspersor que da directamente sobre el pilar no era, eso seguro.

No, me inclino más bien a pensar que se trata de un mensaje procedente de otra dimensión. Un mensaje amenazador, o cuanto menos inquietante.

Porque no me negarán que el parecido es eso, inquietante. ¿Verdad? ;-)



2004-10-22, 01:00 | 30 comentarios

> Lilu <

¿Es que voy a ser menos que Akin? ;-)




2004-10-08, 01:00 | 7 comentarios

> Más serpientes <

Hace unas semanas, hablando de la cosecha de serpientes de verano que nos ha proporcionado el fabuloso mundo del circo de lo paranormal, terminaba yo quejándome de que este año en vez de la aparición del Monstruo del Lago Ness nos hemos tenido que conformar con unas avestruces escapadas de un criadero chileno. Que tampoco estaban tan mal: las descripciones de algunos testigos son como para poner los pelos de punta, y eso en mi caso tiene mucho mérito. Pero como serpientes veraniegas hay que reconocer que resultaban poco espectaculares. Por suerte, a última hora una noticia ha venido a salvar la temporada “criptozoológica”: el descubrimiento de los llamados “gusanos asesinos del Desierto del Gobi”. Se trata de una especie de gusanos de metro y medio de largos que nadan por las arenas del desierto y que atacan a sus indefensas víctimas mediante impulsos eléctricos, causándoles la muerte. O, al menos, provocándoles serios daños cerebrales, a juzgar por las barbaridades que comentaban los investigadores que escribían el reportaje.
En fin, la noticia es muy espectacular, sobre todo si uno es capaz de aguantarse la risa mientras la lee. Pero aun así no llega ni de lejos al nivel de una de las serpientes estrella de este verano: los descubrimientos de la pseudoarqueología. La pseudoarqueología, como su nombre indica, es un simulacro de investigación arqueológica. La diferencia es que mientras la arqueología intenta descrifrar el pasado a través del estudio de sus restos arqueológicos, la pseudoarqueología funciona exactamente al revés: pretende interpretar los hallazgos –reales o ficticios- de manera que encajen en alguna teoría extravagante o absurda. De modo que los pseudoarqueólogos se dedican a contarnos que los “moais” de la isla de Pascua fueron transportados mediante algún tipo de levitación, que las pinturas rupestres del desierto del Sahara representan a extraterrestres, o que las Pirámides de Egipto... bueno, que las Pirámides de Egipto cualquier cosa. La cantidad de majaderías que se han dicho sobre ellas es tan grande, que los pseudoarqueólogos dedicados a contarnos cuentos sobre ellas han recibido una denominación especial: el doctor Hawass, en su época de responsable del complejo arqueológico de la meseta de Guiza, los bautizó con el acertado calificativo de “piramidiotas”.

Pero hablábamos de la “noticia” pseudoarqueológica de este verano, y por una vez no ha sido ninguna piramidiotez, pero sí que ha tenido relación con otro de los mitos más clásicos del género: la Atlántida. Como sin duda habrán leído ustedes, los afanosos investigadores de lo paranormal han conseguido nada menos que descubrir los restos del Continente Perdido.

Desde siempre, los historiadores y arqueólogos (los de verdad) han considerado que lo de la Atlántida era tan sólo una leyenda, un mito inventado directamente por Platón o, como mucho, recogido de alguna tradición relacionada con la explosión de la isla volcánica de Thera o con la caída de la civilización micénica. Nada más. Pero ahora la situación tendrá que cambiar, y hasta los arqueólogos más escépticos tendrán que convencerse de que la Atlántida existió realmente ante la abundancia de pruebas. Porque no es sólo que se hayan descubierto sus restos: es que encima los han descubierto en algo así como media docena de sitios.

Las costas de Cuba. El Estrecho de Gibraltar. Las Marismas del Guadalquivir... De hecho, los descubrimientos (bueno, pseudodescubrimientos) son tan abundantes y están tan repartidos por todo el mundo que, más que El Continente Perdido, habría que bautizar a la Atlántida como “El Continente Esturreado”. Porque perdido no estaba, que se encontraba bien a la vista: algún “investigador” ha llegado a decir que la Atlántida era en realidad la Isla de Irlanda, disparate que sólo es superado por ese otro que lleva años explicando a quien comete la insensatez de escucharle que el arco del triunfo de Medinaceli o el acueducto de Segovia son en realidad obras de la civilización atlante.

En fin, que lo de la Atlántida ha sido la serpiente de verano perfecta: una noticia espectacular, asombrosa e insuperablemente absurda. Tanto, que seguramente pasarán años hasta que alguna otra la supere.

Dos años, para ser precisos. Resulta que una de las chaladuras más exóticas del mundillo de lo paranormal afirma que la Tierra, nuestro planeta, está hueco, y que se puede acceder al interior a través de sendos agujeros situados en los polos. Y en 2006 está previsto que una expedición zarpe hacia el Ártico para descubrir uno de esos agujeros. Los participantes más entusiastas incluso tienen la intención de pasar por el agujero y visitar la civilización que vive en el interior de la Tierra, una civilización liderada nada menos que por el Rey David en persona.

¿Que les parece increíble? Pues hay otra cosa aún más increíble, pero rigurosamente cierta: nada de lo que he contado me lo he inventado. Hay gente que cree seriamente esas majaderías y muchas otras más. Y es que el fabuloso mundo del circo de lo paranormal es así.

2004-10-04, 01:00 | 13 comentarios

> El debate <

Kerry 1, Bush 0. Este podría ser uno de los titulares más repetidos en la prensa española a la hora de analizar el primer debate de las elecciones presidenciales de los EE.UU., que en general ha sido calificado como una victoria del aspirante. Claro que eso es en la prensa española, en la que los candidatos demócratas suelen despertar muchas más simpatías que los republicanos; los periódicos norteamericanos hablan más bien de un empate.

Pero los periódicos de aquí y los de allá sí que coinciden en una cosa: nos cuentan todos y cada uno de los detalles del debate. Y eso que a priori no debería haber muchos: las nada menos que treinta y dos páginas de “reglas de juego limpio” no dejaban espacio ni siquiera para que los candidatos se dirigieran preguntas el uno al otro, que abandonasen sus atriles o que la tele enfocase esas muecas tan divertidas que suelen hacer cuando fingen escuchar al adversario. De lo más soso, vaya.

Claro que todas esas tonterías tienen su explicación. La cosa viene de aquel legendario debate entre Kennedy y Nixon, debate que para quienes lo escucharon por radio fue ganado cómodamente por Nixon, pero en el que la imagen y la “telegenia” de Kennedy arrasaron entre los espectadores de televisión hasta el punto de llevarle a ganar las elecciones. Desde aquello, los asesores de imagen han llevado esto de los debates hasta tal extremo que... bueno, que incluso se pactan reglas tan aparentemente tontas como las del debate del otro día.

Hombre, algunas veces ese mimo por los detalles tiene justificación. Hay que reconocer que la imagen es importante, y un candidado bien vestido y correctamente peinado normalmente dará mejor impresión que un tipo andrajoso y desgreñado. Un traje oscuro, que causa impresión de formalidad, una corbata de buen gusto pero lo suficientemente discreta como para no distraer a los espectadores, y una camisa que no sea de rayas (quedan fatal en la tele) parecen requisitos razonables para un debate electoral, igual que lo son para una entrevista de trabajo o un acto más o menos formal. Pero no me negarán que de ahí a establecer el modelo de bolígrafo de los candidatos o las medidas exactas de sus atriles hay un abismo.

Y, sin embargo, seguramente ese abismo está justificado. En teoría, lo importante de los candidatos debería ser su programa y su capacidad para llevarlo a cabo. Y aunque en un rato de televisión no se puede pedir que nadie se dedique a explicarnos con pelos y señales cuáles serán sus prioridades en materia de promoción de la industria conservera del garbanzo, pongo por caso, la impresión que tiene uno es que los espectadores de un debate electoral deberían estar más interesados en qué dicen los candidatos que en cómo lo dicen. O, ya puestos, en si se han sonado la nariz seis veces, en tres ocasiones han tomado aire antes de hablar, y dos veces han murmurado la palabra “gilipuertas” cuando hablaba su contrincante.

A pesar de lo cual, precisamente es de eso de lo que han hablado los analistas. La política internacional y de seguridad de los EE.UU. es importantísima para los norteamericanos, pero también para los demás ciudadanos del mundo, y en ese sentido resultaría muy interesante saber si Bush ha aprendido por fin a situar Iraq en un mapa, o cuál es la opinión que tiene Kerry sobre Afganistán. Bueno, quiero decir cuál es la opinión que tiene esta semana, que el candidato demócrata, como buen aspirante, mira la encuesta del día antes de decidir qué opina sobre cualquier cosa.

Pero no. Los analistas se han entretenido en contarnos el lapsus de Bush, que cuando le preguntaron por el acoso a Bin Laden aseguró solemnemente que acabaría con Sadam Hussein, una “traición del subconsciente” la mar de divertida, pero mucho menos interesante que enterarnos de qué piensa hacer concretamente para acabar con el terrorismo de Al Qaeda. O que Kerry se tocó la nariz no sé cuántas veces, en un gesto de nerviosismo.

Y, la verdad, eso de que la presidencia de un país como EE.UU. pueda depender de que uno de los candidatos se resfríe y se pase el debate estornudando, o que el otro sea incapaz de evitar poner los ojos en blanco cuando escucha que su adversario ha dicho un disparate, o que Bush suspire más veces que Kerry, o que Kerry se rasque la oreja más veces que Bush, resulta como mínimo preocupante.

Y no sólo por la consideración que nos merezcan los votantes norteamericanos. Porque, no lo olvidemos, aquí también se hacen debates, también se cuida hasta el mínimo detalle, y también se da mucha importancia a la forma de comportarse, de gesticular y de hablar, de sonreír o de fruncir el ceño, que a que realmente se diga algo que merezca la pena escuchar. La imagen, y sólo la imagen, mueve muchos votos. Y deberían ser otras cosas las que decidieran el resultado de unas elecciones. Digo yo.

2004-10-04, 01:00 | 3 comentarios

> Criptoherpetología estival <

Aviso a navegantes (bueno, a submarinistas en este caso): esto es sólo una versión "light" y resumida; quien quiera leer el artículo extenso tendrá que esperar a que le llegue el próximo número de El Escéptico Digital.


Una característica curiosa de los seres vivos es que tendemos a ocupar todos los nichos ecológicos. Si desaparece alguna especie y su nicho, su “hábitat”, queda vacío, enseguida llega alguna otra y lo ocupa. Y eso es precisamente lo que sucede todos los veranos: la gente se va de vacaciones, disminuye la cantidad de noticias, y al momento aparece una especie que ocupa el hueco que dejan en los informativos: la de las “serpientes de verano”.

Las serpientes de verano suelen ser noticias curiosas, intrascendentes y, a menudo, francamente estrafalarias. Se trata por tanto de un género muy variado, en el que cabe prácticamente cualquier cosa, pero la inmensa mayoría de las serpientes de verano son noticias relacionadas con los fenómenos extraños y paranormales; algo por otra parte perfectamente lógico: al fin y al cabo, las noticias que provienen de ese mundillo son curiosas, intrascendentes y decididamente estrafalarias en verano y en cualquier otra época del año. De modo que, ahora que se va acabando el mes de agosto, aprovecharemos para hacer un repasito a lo que ha dado de sí este año la “criptoherpetología estival”. O sea, el estudio de las serpientes paranormales del verano.

Verano que se estrenó, en realidad, en primavera, cuando la noticia saltó a los medios de comunicación de todo el mundo: el Ejército del Aire de México había captado unas filmaciones de ovnis que había entregado a unos científicos para su estudio. Nada menos. O bueno, en realidad bastante menos: la filmación se la habían entregado a Jaime Maussán, celebérrimo ufólogo mexicano, quien, por supuesto, redujo su investigación a mostrar la grabación en televisión aireando a los cuatro vientos que por fin había pruebas irrefutables de la existencia de los platillos volantes. Como suele ocurrir en estos casos, el hecho de que los científicos mexicanos (los de verdad) ofreciesen explicaciones mucho más mundanas para las lucecitas que aparecen en el vídeo, o que el prestigio de Jaime Maussán como investigador riguroso sea más o menos equivalente al que pueda tener un servidor como bailarín de ballet clásico, pasó desapercibido ante la magnitud de la serpiente. Digo, de la noticia.

Y, sin embargo, nadie citó el precedente mexicano cuando apareció, esta vez en agosto, la del caso ovni de Tugunska. Todo un clásico. Tugunska es una zona remota y aislada de Siberia, donde en 1908 se produjo la explosión de lo que a todas luces era el fragmento de un cometa. El suceso debió ser bastante espectacular, pero dado lo remoto del lugar hubo muy pocos testigos de aquello, y la primera expedición científica que visitó el lugar lo hizo en 1927, de modo que apenas pudo hacer otra cosa que describir y fotografiar aquel dantesco panorama. Sin embargo, este año hemos conocido la noticia de que la “Fundación Fenómeno Espacial de Tugunska” ha estado investigando en la zona y ha encontrado restos metálicos que posiblemente pertenezcan a una nave espacial. Lo cual tampoco es una novedad: la misma noticia ha venido apareciendo en la prensa rusa todos los veranos de estos últimos años. Pero esta vez sí que hay una gran diferencia: los científicos admiten que, en efecto, los restos encontrados pudieran ser de alguna nave espacial. Concretamente, de algunas de las muchas que despegan todos los años del cosmódromo de Baikonur, y cuya ruta de lanzamiento pasa justamente sobre la región de Tugunska.

Otro habitual de las serpientes de verano que, sin embargo, no ha aparecido este mes de agosto, es el “Megalotaria longicollis” o “Nessiteras rhombopteryhx”. O sea, el monstruo del lago Ness. Y es una pena, porque precisamente ahora hay una expedición científica investigando el lago, y sería una oportunidad estupenda para proporcionarnos de una vez una prueba de su existencia. Pero, como suele ocurrir, cuando alguien investiga de verdad los misterios desaparecen. Misteriosamente, podríamos decir.

De modo que nos tenemos que conformar con esos monstruos que han aparecido en Chile aterrorizando a los indefensos transeúntes de una zona perdida de los Andes, y que los testigos describen como una especie de dinosaurios de dos metros de altura. Unos bichos que han sembrado el pánico entre los testigos de su aparición, han propiciado el interés de los investigadores de fenómenos paranormales, y han causado un gran disgusto al dueño de la granja de avestruces de la que se escaparon los animales. Que sí, eran avestruces. Pero que una vez dentro del circo de lo paranormal se transforman mágicamente en reptiles. Aunque no son “velocirraptores”, como decía algún fogoso investigador de fenómenos extraños. Son serpientes. Serpientes de verano.

2004-08-29, 01:00 | 6 comentarios

> El perro <

Es muy probable que el primer animal domesticado, hace más de doce mil años por el hombre fuera el perro. Los indicios más antiguos de la convivencia entre perros y hombres datan de alrededor del año 10.000 antes de Cristo, dos mil años antes de la domesticación de la oveja. De hecho, la domesticación del perro es anterior incluso a la aparición de la agricultura o de las primeras sociedades sedentarias.

A lo largo de estos doce mil años el perro se ha ocupado de múltiples tareas útiles. Acompañó a los hombres en sus expediciones de caza, vigiló sus campamentos y luego sus granjas y sus casas, acarreó sus pertenencias, ayudó a cuidar de su ganado... y sigue haciéndolo.

El perro incluso ha llegado a desempeñar funciones que, en una persona, calificaríamos de altruistas. Los Terranova siempre estarán acompañados de su leyenda de salvadores de personas caídas al mar, y los perros del Hospicio del Gran San Bernardo rescataron a más de dos mil quinientos viajeros atrapados en las terribles ventiscas y tormentas de nieve de los Alpes. Y seguirían haciéndolo, si no fuera porque la aparición de los helicópteros supuso que su papel de perros de rescate haya pasado a razas más ligeras y por tanto más fáciles de transportar por vía aérea.

Las imágenes de terribles terremotos, inundaciones y catástrofes siempre nos ofrecen la estampa de algún perro de rescate empleando su olfato y su oído para intentar encontrar alguna víctima entre los escombros. Nuestra sociedad sería mucho más insegura si no fuera por los perros especializados en detectar drogas y explosivos.

Y para los ciegos, los perros lazarillo son nada menos que los ojos con los que pueden seguir viendo el mundo.

Hace unos días, un grupo de invidentes y deficientes visuales se disponía a hacer el camino de Santiago desde Astorga. No es la primera vez que lo hacen: en 1999 organizaron la expedición desde Luarca, y en 2001 repitieron caminando a Santiago desde Tuy. En esta ocasión se han reunido veinticuatro ciegos y deficientes visuales, acompañados por ocho monitores y un perro guía que les ayudarán a superar las dificultades de los doscientos cincuenta y nueve kilómetros que recorrerán.

Lo que no esperaría nadie es que esas dificultades iban a empezar antes incluso de su salida. Y es que, al ir a visitar la catedral de Astorga, alguien negó la entrada al perro guía. La escena se repitió dos veces, y finalmente el perro pudo entrar sólo cuando se presentó allí la policía municipal para levantar acta de la incidencia. Ocurrió, para más inri, el día de San Roque.

Doce mil años de convivencia entre el hombre y el perro son muchos años. Muchos más de los que necesita un perro para premiarnos con su ayuda, su lealtad y su cariño. Y, sin embargo, por lo visto aún no son suficientes como para que todos los seres humanos les tratemos al menos con respeto. Cada vez hay más gente que se preocupa por el maltrato a los perros, pero también sigue habiendo malnacidos capaces de colgarlos de un árbol cuando los años hacen que disminuya su olfato para la caza, o arrojarlos a una cuneta cuando dejan de ser aquel lindo cachorrito del que se encapricharon sus niños. O entrenarlos para convertirlos en animales agresivos. O torturarlos por el simple, perverso y enfermizo placer de ver sufrir a otro ser vivo.

Y sigue habiendo alguien capaz de prohibir la entrada a una catedral a un perro lazarillo. Simplemente por ser un perro.

Y es que sí, doce mil años son muchos años. Pero, a pesar de tenerlos tanto tiempo entre nosotros, los perros no han conseguido que los hombres aprendamos a ser tan buenas personas como ellos.




2004-08-22, 01:00 | 2 comentarios

> La amenaza fantasma <

Decir que El retorno de los charlatanes tiene algunos de los contenidos escépticos más interesantes de la red no es ninguna novedad. Mauricio José Schwarz lleva ya mucho tiempo diseccionando el mundillo de lo paranormal, ese divertido Circo repleto de payasos, payasos y, bueno, más payasos. Entre los cuales, como suele ocurrir con los payasos, hay algunos hasta divertidos.

Pero a lo que íbamos. Decir que El retorno de los charlatanes es interesante no es nuevo. Pero sí que podríamos hablar de una novedad: ahora es también emocionante. Con auténtico suspense, vamos.

Todo empezó cuando Mauricio José Schwarz dedicó su atención a la Sociedad Española de Investigaciones Parapsicológicas, o sea, la SEIP. O, como dicen sus miembros, acólitos y simpatizantes, el SEIP; se ve que los valerosos "seipianos" han decidido ampliar su campo a la paragramática.

La SEIP es una curiosa asociación dedicada a sesudas investigaciones sobre lo paranormal. Los resultados de estas investigaciones son tan espectaculares como, por ejemplo, la constatación de que si humedeces placas de hormigón preparadas en la casa de las "Caras de Bélmez" aparecen exactamente las mismas manchas de humedad que allí, sin ir más lejos. Todo una muestra de lo falso que es el dicho de que en España no se investiga; a veces se investiga tan atrozmente como la SEIP, pero investigarse, se investiga.


Y fruto de esas investigaciones es nada menos que la invención de un CD de autohipnosis en el cual la voz -sin duda hipnótica- de Pedro Amorós, presidente de la SEIP, nos guiará en el proceso de autosugestionarnos lograr los más diversos fines... Ciertamente, la propaganda de la SEIP no es muy explícita en cuanto a si el disco es bueno o pernicioso para la salud, puesto que junto a "dejar de fumar" o "perder y ganar peso" se nos dice que otras indicaciones del invento son "Fobias: Arañas, Agua, Insectos, Miedos, Etc.", "Problemas de Conducta", "Alteraciones Psicológicas", "Alergias", "Depresión", "Dolor" o "Traumas", con lo que no queda claro si es que escuchar el CD provoca depresión, comprarlo denota la existencia de problemas de conducta o alteraciones psicológicas, o simplemente si darse cuenta de que a uno le han soplado trece euros por el CD causa traumas y un gran dolor. Pero bueno, un paseo por la web de la SEIP ya nos muestra que su manejo del idioma es tan poco convencional como su objeto de estudio.

Lógicamente, el CD llamó la atención de Mauricio José Schwarz, quien le dedicó un jugoso comentario que, sin embargo, no parece haber sentado muy bien a Pedro Amorós, afanoso investigador y Presidente de la SEIP, que a raíz de este y otros comentarios igual de divertidos ha dirigido a Mauricio José Schwarz un mensaje que éste reproduce también en su "blog". Un mensaje en el que Amorós le avisa que pone la página en manos de su abogado, quien en breve interpondrá la correspondiente "denuncia".

Una de dos: o el abogado del señor Amorós tiene de abogado lo que el señor Amorós de miembro del "Instituto SETI de la NASA, o el asesoramiento jurídico que le han prestado es similar al que el señor Amorós prestaba a la serie "Expediente X".

Vamos a ver, señor Amorós: los abogados no presentamos denuncias; la denuncia, si quiere, la presenta usted. Claro que si se considera injuriado por la página de Mauricio José Schwarz, entonces sí que necesitará abogado (y procurador), pero para presentar una querella. Para lo cual no hay que esperar a que "se reaunde el período laboral en los juzgados"; usted, que vive en San Vicente del Raspeig, dése una vueltecita por el Pasaje Tibi y comprobará que los juzgados siguen abiertos. Sólo para asuntos penales, eso sí, pero se supone que su "denuncia" será penal, ¿no?

Si es que llega a presentarla. Porque, la verdad, no creo que ni siquiera ese abogado que forma parte de la SEIP pueda aconsejarle sinceramente que emprenda una acción judicial tan descabellada.

¿Qué quiere que le diga? Para mí, eso de su "denuncia" es más bien, y nunca mejor dicho, una amenaza fantasma.

2004-08-16, 01:00 | 8 comentarios


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