Me pasa a veces. Escribo sobre algo y, ¡zas!, vienen y me
cocinan. Y eso es lo que pensaba yo esta mañana, cuando he comprado el periódico y he visto en primera plana la noticia de la protesta de los actores contra ETA: que ya me han
cocinado otra vez.
Claro que luego, a mediodía, he tenido tiempo de leer el artículo y los extractos del manifiesto de los actores. Y, con la salvedad de que no he dado con el manifiesto completo (y, por lo tanto, me arriesgo a que me
cocinen de nuevo), me he encontrado que mi patinazo, probablemente, no era para tanto. Un manifiesto "light", lleno de excusas, y que parece más destinado a responder tibiamente a las críticas que han recibido por el silencio que han mantenido hasta ahora que a mostrar una auténtica, real y sincera repulsa a ETA. Un manifiesto flojito, flojito, y que ni siquiera la dignidad de un Imanol Arias (que no necesita armar numeritos para demostrar quién es y qué piensa), empezando a gritar contra ETA, parece haber salvado.
Rectificar es de sabios. Rectificar así, es de... bueno, pongan ustedes el calificativo que quieran.
O, si no, pónganmelo a mí, por esta "rectificación". Y pongo lo de "rectificación" entre comillas porque, la verdad, me han
cocinado, sí, pero con el fuego tan bajito que creo que voy a quedar demasiado poco hecho ;-)
¶